lunes, 29 de junio de 2009

Caminantes

Los caminantes se detenian en seco tras adentrarse pocos pasos,
con palpitaciones y un sudor frío en las gélidas brisas que,
repentinamente, los invadian.

Las calaveras eran estremecedoras, pero no significaban la ausencia de vida
o pronosticaban peligro, ni muerte.
Eran rostros sin músculo; frascos vacios que encerraban
infinidad de cosas posibles, océanos anchos y profundos de creatividad,
entendimiento, memoria e interpretación de su existencia eterna
por ser parte, todos y cada uno, del bosque.

viernes, 26 de junio de 2009

El Bosque

Dos caminos divergían en el bosque; y yo fui
por el menos transitado.
Y eso hizo que todo fuera diferente...


Los cráneos secos colgaban de trenzas,
por todos lados.
Y en las sombras se mecían al viento.

Los árboles eran todos iguales, con hojas densas y húmedas; excepto que algunos los eran muy delgados y otros anormalmente gruesos.

El sendero estaba claro a través de él, era fácil seguirlo hasta el otro lado, pero las calaveras guardaban un secreto...